TENGO QUE DECIRTE ALGO QUE ME CAMBIÓ LA VIDA CUANDO LO SUPE
Si no te responsabilizas de la vida que quieres vivir, nunca serás libre
Esta historia, es el relato de muchas personas, que al igual que yo, en algún momento se sintieron víctimas de las circunstancias, sin poder, para cambiar su vida.
Esto nos ocurre a todos los seres humanos.
Personalmente creo que tenemos un gran propósito que elegimos antes de nacer y lo olvidamos cuando nacemos.
Crecemos y se va desarrollando nuestro ego, nuestro escudo que nos protege, que nos mantiene a salvo, a costa de una gran insatisfacción personal.
Porque somos presas de nuestra mente, de nuestras creencias, de las lealtades familiares y no nos sentimos capaz de vivir nuestra propia vida, con nuestros colores, nuestras formas, nuestra propia originalidad, manejando el miedo.
El punto es que si no trabajas en ti, en tu proceso de desarrollo personal, continuarás sobreviviendo, dejando que los demás decidan lo que vives en tu vida.
El sufrimiento no es necesario.
Es tan solo una elección. La vida trata de despertarnos, pero cuando no lo hacemos, empieza el sufrimiento.
Imagínate que te atreves a decir un día fuerte y claro, quién eres y lo que quieres lograr.
Y si ya sabes quién eres y lo que quieres lograr... puede ser lo que sea, tener cierto trabajo, la casa de tus sueños, ganar el dinero que mereces, crear la familia que anhelas, sintiéndote empoderado y segura de ti.
Pero no lo terminas de creer, es el momento que abras tu mente y te permitas sentirlo, para que lo integres a tu vida y lo puedas materializar.
Es esencial que dejes de privar al mundo de recibir tus dones, tus habilidades.
Tú eres único e importante para el desarrollo de nuestro planeta, no puedes seguir ocultando tu luz, porque seguirás retrasando tu camino, lo que has venido a entregar al mundo.
Sabiendo manejar tu mente, gestionar tus emociones, manejar tus miedos y atreverte a vivir la vida que deseas, es la forma que lo lograrás.
Es muy probable que en este momento te estés diciendo: “esto ya lo he intentado o suena muy fácil para ti decirlo, porque ya lo sabes, porque eres psicóloga”.
Quiero decirte que no siempre fue así para mi, no llegue a este punto de vivir mi vida como quiero, haciendo lo que me gusta sintiéndome segura de quién soy, de la noche a la mañana y mucho menos por casualidad.
Yo pasé de ser una víctima que creía todo lo que me decía mi mente, me sentía muy insegura de mi, me costaba muchísimo poner límites a otros, siempre hacía lo que otros querían, pero esto hacía que acumulara rabia y frustración, lo que me llevaba inconscientemente a culpar a otros, para protegerme y defenderme de los ataques que yo sentía que recibía.
Si bien, había estudiado la carrera que me gustaba, no me sentía realizada, no estaba ganando el dinero que deseaba.
Esto me daba mucha rabia conmigo, quería tener un estilo de vida que no podía pagar, quería ser algún día libre financieramente hablando y reconocida por mi trabajo y no lo estaba logrando.
El momento que pisé fondo, fue cuando todo se desmoronó, todo lo que tan frágilmente había construido, porque no me conocía a mi misma, y no había conectado con mis capacidades y mi poder de crear mi propia realidad, se terminó.
Me separé de mi marido, tenía 3 hijos que criar, tenía un trabajo muy inestable económicamente y no sabía qué hacer con mi vida. No me sentía merecedora de ser feliz, sentía que nadie me iba a querer y tenía mucho miedo.
Hasta que una noche oscura del alma, con mi bebé de dos meses en brazos llorando, sentí que tenía que cambiar; tuve una revelación: me di cuenta que yo era la que había creado toda esta realidad, que no me gustaba y me hacía sufrir mucho, por lo tanto, tenía que haber una forma de crear la vida que yo merecía y que siempre había soñado.
Pedí ayuda, trabajé con diferentes coaches y terapeutas expertos en neurociencias, espiritualidad y crecimiento personal.
Fui a trabajar en las raíces de mi árbol, para cambiar los frutos que no me gustaban.
Hice los ejercicios y prácticas que me indicaron, comencé a conectar conmigo misma, cambié mis hábitos, mi mentalidad, las emociones memorizadas que no me dejaban avanzar.
Comencé a conectar con mi poder interior, sanar mis heridas de infancia y comenzar a vivir alineada a misión personal, esto es lo que me fue permitiendo elegir la vida que quiero vivir.
Cuando comprendí que podía liderar mi vida, que yo era la única responsable de lo que en ella sucediera.
Con pincel en mano y lienzo blanco, me lancé a crear con mis colores y mis formas la vida que quiero vivir.
Hoy disfruto de una vida plena, con mi marido después de casi dos años separados, recomenzamos una nueva relación, más consciente y amorosa.
Tengo dificultades como toda persona, sin embargo, sé cómo enfrentar las situaciones difíciles, sé cómo salir de ellas, me amo y me acepto tal como soy, hago lo que más me gusta hacer, ayudar a otros en sus proceso de transformación y gano el dinero que me ayuda a pagar el estilo de vida que tengo.
¡Me siento protagonista de mi propia vida, cada año logrando más metas y cumpliendo mis sueños!
Y lo mismo quiero para ti...pero de manera más rápida de lo que yo lo hice.
¿Quieres saber cómo?